El 26 de marzo de 1652 se presentó el capitán Diego del Castillo ante el gobernador y capitán general de la Nueva Vizcaya, el General Diego Guajardo Fajardo, y denuncio una veta virgen descubierta en la zona denominada de Chihuahua, el Ojo de Agua Tabalaopa.
La denuncia y la explotación de la vecina mina de Santa Eulalia provocó un considerable asentamiento de españoles y sirvientes en la actividad minera.
La escasez de agua para la actividad minera propició que fuera hacia el rumbo de la junta de los ríos Chuviscar y Sacramento, donde se establecieron cinco cendras para la depuración de los metales, con los nombres de Nuestra Señora de Regla, San Juan Bautista, La Concepción, San Francisco y Guadalupe.
Estos antiguos pobladores, agricultores y mineros estuvieron sometidos a la alcaldía mayor de Santa Eulalia hasta el 12 de octubre de 1709, en que el gobernador de la Nueva Vizcaya, Antonio Deza y Ulloa, autorizó la fundación del Real de San Francisco de Cuéllar, actual ciudad de Chihuahua.
El nombre del nuevo Real de minas se tomó del título del entonces Virrey de Nueva España, Márquez de Cuéllar y se antepuso el nombre de San francisco en virtud de haber sido Franciscano el primer sacerdote que ejerció sus funciones en la región. 8O���T���L�4 1p5-�WR~Ua��ܠg����~4k�P��Fw��<“�E���nJ)�;Zɨ`)G�<��{7lFi�ɪHI��JH@__.FŔ-� �AT���إ��`(�n6Mmͺctd���^Tz��ui�?�y�+����1�Mwэw~�9��ݶ�R��;��eє�
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