Bufalo, un rancho del municipio de Camargo; y chilicote, una enorme extensión al noreste de Aldama, cobraron fama internacional cuando la envergadura y dimensión de la narco-empresa fueron inocultables al escándalo internacional
Cerca de 10 mil braceros laboraban en la cosecha de mariguana de alta calidad genética, diseñada en laboratorio y destinada a cruzar por ojinaga al mercado de narcóticos mas grande del mundo
Cuando los narcoranchos fueron descubiertos y desmantelados por presiones del embajador john gavin, los braceros procedentes de una docena de estados del sur y de la costa huyeron caminando a través del desierto hasta llegar a la ciudad de chihuahua, donde el gobierno fletó trenes completos para regresarlos a sus lugares de origen
Pronto se supo que importantes personajes de la política, el ejército y las agencias de seguridad del gobierno mexicano estaban involucradas hasta el cuello en el narcotráfico y la corrupción
Los nombres del general Juan Arévalo Gardoqui, secretario de la defensa nacional, de Fernando Baeza Mélendez, subprocurador general de la república y posteriormente gobernador de Chihuahua, de Manuel Bartlet Diaz, secretario de gobernación, estuvieron íntimamente relacionados con los sucesos de Bufalo y Chilicote, que aparentemente descubrió el agente asesinado de la DEA, Enrique Camarena Salazar
Pero el personaje central de aquella narcoleyenda que tuvo a chihuahua como escenario de la vida real, fue Rafael Caro Quintero
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