Mientras
el 2020 se inscribe en la historia como el año en que las personas
se distanciaron y confinaron para evitar la dispersión de un letal
virus pandémico, también marca el reencuentro de dos gigantes en el
firmamento.
Se trata de Júpiter y Saturno, los dos titanes gaseosos más grandes del Sistema Solar, que durante las últimas semanas se han observado cada vez más cerca entre sí a causa de lo que se conoce como “conjunción astronómica”, y cuyo punto de mayor proximidad se alcanzará el próximo lunes 21 de diciembre.
Si bien el nombre parece tomado de un relato de ciencia ficción, sugiriendo alguna clase de alineación planetaria que preludia la catástrofe, en realidad no es más que un fenómeno astronómico, bastante raro, sí, pero perfectamente explicable por la ciencia.
Se trata de Júpiter y Saturno, los dos titanes gaseosos más grandes del Sistema Solar, que durante las últimas semanas se han observado cada vez más cerca entre sí a causa de lo que se conoce como “conjunción astronómica”, y cuyo punto de mayor proximidad se alcanzará el próximo lunes 21 de diciembre.
Si bien el nombre parece tomado de un relato de ciencia ficción, sugiriendo alguna clase de alineación planetaria que preludia la catástrofe, en realidad no es más que un fenómeno astronómico, bastante raro, sí, pero perfectamente explicable por la ciencia.
Y aunque la conjunción entre ambos tiene lugar cerca de cada 20 años, esta máxima cercanía con que se percibirán el 21 de diciembre, a partir de las 17:00 horas que comience a oscurecer, es algo que no se ve desde el año 1623 -sucediendo a la gran conjunción de 1226-, y que no se repetirá hasta el 2080.
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